Ficha Técnica Dirección: Avenida de Cesáreo Alierta, 8 - 50.008 ZaragozaHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónSituado en pleno centro comercial y de copas de Zaragoza, en la conocida como “zona pija”, se encuentra el Restaurante Q-art. Un local inaugurado hace pocos meses y que, muchos de los asiduos a copas y cenas en la ciudad, recordarán como la antigua “Sal”. Ambiente Como hemos comentado antes, Q-art ocupa la parte superior derecha del local. Es un restaurante de estética moderna con una capacidad para unas 50-60 personas aproximadamente. Diáfano, en tonos grises y con mobiliario moderno, eminentemente minimalista. Destaca por su simplicidad y tonos oscuros pero, no por ello, se hace un lugar frío o poco acogedor. Algunas de las mesas se encuentran separadas por cortinas grises oscuras de gasa tupida que, a pesar de no cumplir con su función de dar intimidad entre unas mesas y otras, puede servir como elemento decorativo. No queremos finalizar este apartado sin hacer referencia a los baños. Situados al finalizar las escaleras, se encuentran dentro de la pared empedrada del pasillo que acompaña a los dos restaurantes. Perfectamente integrados dentro de la pared, si no te indican donde se encuentran, puedes pasar un buen rato buscándolos. Muy modernos siguiendo la línea del local, en tonos grises oscuros y forrados de espejos. Como detalle a destacar, las pantallas tft incrustadas en la pared enfrente de los servicios. ServicioContaron con tres personas en el momento de ir nosotros. Una encargada o jefa de sala junto con dos camareros. Amables en todo momento. He de reseñar que no estábamos excesiva gente (una mesa de 4, dos de parejas y una grande con unas 12 personas) por lo que puede quedarse algo corto dicho servicio con el restaurante más concurrido. Un buen detalle es la copa de cava a modo de bienvenida que hace más llevadera la espera. Comida/CartaPodríamos definir la Carta de Q-art como cocina tradicional con toques de modernidad. A simple vista cuenta con un buen número de entrantes quedándose un poquito más cortos los segundos (pescados y carnes) aspecto que se ve salvado por la carta de recomendaciones donde encontramos productos frescos y de temporada (carabineros, percebes, buey de Kobe, almejas de carril, etc.) que dan a la oferta culinaria del restaurante la consistencia en cuanto a oferta de platos de la que puede parecer que carece a simple vista en los segundos. En cuanto a la comida en sí, platos muy bien elaborados y buena presentación. Muy buena calidad del producto y cantidad más que aceptable para quedarte satisfecho. De la carta cabe destacar la variedad de ensaladas así como platos como la lubina con mil hojas y salsa tártara, mi-cuit de foie-grass de pato y gelée de flores, ventresca de bonito encebollado y crema de aceituna negra, el foie grass de pato con gelée de flores, el solomillo de ternera en salsa de bacon y el delicioso helado de queso con frutas del bosque. Aunque sin duda, mención aparte merecen las recomendaciones fuera de carta que destacan en cuanto a su calidad. Por último cabe mencionar que fuera de la carta y de las recomendaciones es posible pedir Buey de Kobe, al módico precio de 75€. PrecioBuena relación calidad precio. Si no se opta por un vino excesivamente caro o por las recomendaciones de la carta tipo marisco fresco o comida algo especial, se puede comer por un precio medio de 40 euros (incluyendo postres, cafés y vino). Un muy buen precio para comida de calidad, cantidad, ambiente agradable y buen servicio. Opinión de Sonia AgudHe de reconocer que cuando entramos en Q-art no sabíamos muy bien al tipo de restaurante que íbamos. Lo descubrimos una noche cuando pasamos por la puerta y nos llamó la atención la estética moderna del local (muy acorde con los lugares que nos gusta frecuentar) a la vez que a mí me sorprendió que ya no estuviera allí el conocido “La Sal”. La verdad es que habíamos visto la carta de Colette y nos encantó por el tipo de cocina al mismo tiempo que nos llamó la atención el precio tan razonable que tenía. Decidimos ir y cuando subimos nos dijeron que estaba completo pero que había otro restaurante más tradicional donde sí podíamos cenar, así que de ir a un sitio pasamos a otro sin tener mucha idea de lo que nos encontraríamos, si bien el aspecto del restaurante podía dejar entrever el tipo de local que era. Como “crítica” he de decir que la única carta que pude ver en la entrada del local fue la de Colette, supongo que como estrategia de marketing puesto que es la carta que más llama la atención. La idea con la que me quedé fue la de un sitio para todo tipo de edades pero especialmente orientado a toda esa gente joven a la que le gusta salir a cenar a sitios modernos y frescos que ofrecen algo nuevo. Sin duda ofrece un ambiente poco común en Zaragoza, desgraciadamente todavía no muy extendido por la ciudad: modernidad, buena cocina de calidad a unos precios muy asequibles y competitivos. No es que salgas diciendo que es un sitio brutal sino que sales con la idea de haber estado a gusto siendo bien tratado y habiendo comido bien a un precio más que razonable. Me sorprendió gratamente la cantidad de las raciones. En lugares así suelen ser un poquito escasas y la verdad es que aquí no se peca de ello. En cuanto al servicio fue bueno. Me gustó que no eran estirados (algo frecuente en determinados sitios de este tipo) y que estaban pendientes de ti lo justo ni por exceso, algo que odio porque me hace sentirme incómoda, ni por defecto. Muy cercanos, amables y agradables. Todos ellos correctos, en su justa medida. Poco más que añadir, ya que todo lo demás viene explicado en la crítica. En resumen, si alguien me pidiera una frase que definiera mi opinión simplemente sería: ”Merece la pena ir”. Una nueva opción a tener muy en cuenta en Zaragoza. Opinión de Javier Rioja Tras subir unas escaleras hay acceso a los dos restaurantes, uno a la izquierda (Colette, de alta cocina) y Q-art a la derecha, con una cocina más de mercado y la verdad es que me quedé algo chafado durante toda la cena por no poder cenar en Colette, por lo que os recomiendo que reservéis. Empezamos por la ensalada de jamón ibérico (muy bueno aunque brillaba por su ausencia) y setas (buenas a secas y bien cocinadas), para mi gusto sobraba algo de ensalada. Actualización: 2-Febrero-2008.Esta vez os voy a contar las impresiones que tuve la segunda vez que visité este restaurante. Desgraciadamente me pasó lo mismo que en la primera, un amigo reservó mesa para el Colette y como no especificó al reservar, nos dieron la mesa en el Qart. Esta vez al llegar al restaurante tuvimos que esperar un buen rato hasta que nos sentaron en la mesa, no nos pusieron nada para beber o picar hasta otro rato, y nos trajeron unos calamares fríos y la copa de cava ya poco antes de que nos trajeron la comida. Pedimos unos entrantes de Jamón ibérico de Guijuelo acompañado de pan con tomate, el plato costó 20€, nada caro y tanto el pan como el jamón estaban muy buenos. Después un bogavante, cortado por la mitad con las tenazas semicortadas, no es que me apasione el bogavante a secas, pero este estaba exquisito, al igual que el solomillo, en su punto. No así el postre, un helado de queso que no era gran cosa. Todo acompañando con un tinto Pesquera del Duero. Esta vez tuve problemas con la iluminación. En el sitio que nos sentamos había penumbras e incluso costó leer la carta, igualmente me enfocaba un foco detrás provocando cierto calorcillo molesto y a ratos nos llegaban corrientes de aire. Aún con todo ello, un restaurante muy recomendable.
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Javier Rioja © 2006-2022
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