Ficha Técnica. Dirección:
c/ Andrés Piquer, 8 – 50006 ZaragozaHaga Clic para ver el Map IntroducciónNacido a mediados del 2007 de la mano de los hermanos Navarro, Garum es un restaurante de cocina mediterránea creativa donde su calidad de productos unida a esa elaboración mediterránea con toques novedosos se esta intentando hacer un hueco dentro de las preferencias gastronómicas de la ciudad. InstalacionesLas instalaciones son uno de los puntos fuertes de Garum. Una fachada en tonos marrones y ocres que destaca por tener una pared frontal rugosa, imitando la arena de una playa haciendo ondas, llama la atención a todo aquel que pase por su puerta. Ya dentro, un pequeño recibidor con zona para colgar los abrigos y una pequeña barra que sirve como lugar de cobro y barra para preparar cócteles con un acuario con marisco vivo a la vista, nos darán la bienvenida. Como tónica en la decoración siguen las paredes principales imitando la arena, un motivo de lo mas logrado que se ve acompañado por el contraste de paredes lisas en gris casi marengo que, a pesar de lo extremo de la combinación, encajan a la perfección. Un salón con capacidad para 45 personas aproximadamente, con una luz tenue que se mantiene en todo el local. Llama la atención la amplitud de las mesas para dos personas que están de lo mas cómodas sin preocuparse del espacio. Algunas de ellas se sitúan a la derecha del local separadas por pequeños reservados que se ven decorados por una modernas y llamativas esculturas en tonos aluminio y cerezo, preciosas. CartaCarta de tónica mediterránea que se renueva cuatro veces al año coincidiendo con el cambio de estación. Cada sección cuenta con no mas de 5 platos para elegir, si bien son platos de lo mas variado. En los entrantes habrá tanto ensaladas como arroces y entrantes fríos y calientes. Lo mismo ocurre con las carnes y los pescados donde encontraremos algún plato de caza, carne roja, ave o asados y en los pescados de igual modo tanto pescado azul como blanco en guiso o a la plancha. Los postres son de gran elaboración por lo que ninguno de ellos baja de los 7€. Como especialidad de la casa, los arroces destacando el de bogavante y el de langosta entre otras muchas opciones. Dejando de lado la carta en si, destacar las raciones de los platos. De lo mas generosas por lo que se recomienda, especialmente para las cenas, que se comparta un entrante para luego elegir un segundo y postre si no se quiere correr el riesgo de dejar en el plato mas comida de la deseada. PrecioLos precios de los platos sin ser desorbitados pecan un poco de excesivos para ser un restaurante que todavía no se ha hecho un renombre en la ciudad como los de postín. ServicioTres son las personas que se ocupan de Garum y que lo atienden de manera impoluta. Los hermanos se reparten entre cocina y sala, siendo Jorge el encargado de los fogones ayudado por un pinche y Guillermo en la sala que se ocupa por completo de todo siendo ayudado en esporádicas ocasiones por algún camarero. Un servicio al que no se le puede sacar pega alguna. Cercano, profesional, al que le gusta explicar los platos, hacer sugerencias y entablar una cierta relación con los clientes a lo largo de toda la comida. Algo que se agradece y que no denota otra cosa mas que les gusta tratar a sus clientes de la mejor manera. CríticaAl entrar en Garum, un muy correcto jefe de sala y junto con su hermano en la cocina, el dueño del restaurante, nos da la bienvenida y cuelga los abrigos. Nos pregunta si nos puede tratar de tú por la edad y ya en la mesa nos explica perfectamente la carta haciendo hincapié en que las raciones son generosas, por lo que para cenar sobraría con un entrante para compartir y sendos segundos. Al final para terminar con la percepción exacta de cómo se come en este restaurante elegimos el menú degustación de 6 platos por 40€ con un vino reserva de Viñas del Vero Gran Voss (25€), algo decepcionante para su fama. En la mesa ya se encontraba el platito con un par de panes, uno de pipas, muy correctos. Los platos del menú degustación... Aperitivo de Crema de champiñones y foie, lo sirven calentito, muy bueno. Cogollos con perdiz escabechada y rebollones confitados, un plato frío e interesante, en general me agradó. No así la camarera al quitarnos el plato, que realizó su primer acto delictivo en la mesa tirando un cubierto al suelo. Tagliatelle de centollo con langostino y salsa de azafrán, fue lo mejor de la cena. Las cantidades para ser medias raciones eran perfectas y tras estos primeros platos pude percatarme de los buenos olores que desprendían los platos y lo bien que realiza el chef las salsas. Al llevarse el plato, esta vez la camarera tiró una cabeza langostino a la mesa y lo que era peor, si no llega a ser por nosotros que nos lanzamos a recoger la cabeza de langostino y dejarla en el plato todavía seguiría allí en medio. Rodaballo con crema de mejillones escabechados y navajas, servido con un triguero y un excelente olor, me gustó mucho este rodaballo. Albóndigas de ciervo con chipirones, bien cocinado pero fue un plato muy mejorable. Sorbete de piña colada, me encantan los sorbetes al terminar de comer, este estuvo perfecto. Esta vez no fue la camarera, sino un frío que vino desde mi izquierda al encenderse la climatización dejando percatar una mala ventilación de la sala, ya que te da casi de lleno el frío, y mientras comes no creo que siente muy bien. Por último el segundo postre, que muy bien nos explicó Guillermo que se iba a presentar al concurso del Certamen de Restaurantes. Lo han llamado Texturas de vainilla, 4 bocados distintos, en bizcocho, helado, mousse y gelatina. Muy flojito. La cena se fue enfriando poco a poco, lo que empezó muy bien, en el menú degustación apenas pudimos probar algo para recomendar la visita a este restaurante, la calidad es muy buena, pero no para pagar 120€ de los dos menús degustación, el vino (25€), pan (5€) y agua (3€). Valoración finalUn restaurante de categoría no puede tirar todo por la borda por dejar tan de lado el servicio, pero mi valoración en calidad no tiene nada que ver con ello y al final el servicio no fue lo peor de la noche. Quizás fue la percepción final del menú degustación frente a lo pagado, una calidad/precio quizás poco acorde. Para mantener esos precios deberían ofrecer algo más de calidad y espectacularidad en los platos. Recomiendo Garum a personas que busquen algo moderno donde compartiendo los platos el precio no suba demasiado, es una pena que un restaurante tan bien montado no llegue a cuajar.
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Javier Rioja © 2006-2022
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