Ficha Técnica. Dirección:
Paseo Rosales, 36. 50008 Zaragoza. Clic para ver el Mapa. IntroducciónEn pleno centro de Zaragoza, en Parque Miraflores, justo detrás de Camino de las Torres se encuentra el primero de los locales inaugurados por el grupo Balboa en Zaragoza al que le seguiría meses después el de Pza. San Pedro Nolasco. Una original opción en la restauración zaragozana, desenfadada y fresca que poco a poco está ganando más adeptos. AmbienteCombinando una estética bastante sobria pero moderna y alegre en la que se entremezclan los lienzos y sillas/sillones de colores vivos con el tono chocolate de sus paredes, uno se encuentra de lo más cómodo y bien acogido. Es un local cómodo y divertido, desenfadado podría ser el adjetivo que mejor lo definiera. Un comedor bastante amplio y con una capacidad para 60 personas aproximadamente en el que se alternan mesas pequeñas para dos/cuatro personas con mesas algo más grandes para grupos, donde hay espacio suficiente entre unas y otras para que los clientes estén a sus anchas y puedan hablar sin miedo a perder la intimidad, dato sumamente importante. ServicioUn jovenzuelo jefe de sala de no más de 25 años e indumentaria sumamente informal acompañado de una camarera algo más sobria se ocupan de todo el local. Amables y correctos en todo momento, están en su punto. Lo suficientemente distendidos sin ser excesivos y lo suficientemente amables pero sin agobios.Comida/CartaSin duda lo que más llama la atención de la carta cuando la abres es su juego en el que se le propone al comensal elegir platos. La propuesta se basa en comer por 15.50€ eligiendo platos del siguiente modo:
Cada plato tiene un simbolito al lado que corresponde a uno de los 3 anteriormente citados. Generalmente los postres son X mientras que los entrantes y ensaladas son ● y las carnes y pescados ●. PrecioSin duda lo que lleva prácticamente a la mayoría a visitar Balboa es esa llamada a comer o cenar por 15,50 Euros (IVA incluido). La verdad es que es una muy buena opción. Si decides salirte de lo que es la tónica habitual de los simbolitos y vas a tu aire pidiendo la cena/comida puede salirte considerablemente más cara. Opinión de Sonia AgudFuimos al Balboa sabiendo lo más típico del local, es decir, su sistema de puntuación. Sin embargo, no esperaba encontrarme con una carta tan amplia y variada entre la que elegir. Platos algunos de ellos bastante originales y a un precio de lo más competitivo. En cuanto al local me gustó bastante su estética, un comedor desenfadado y divertido en su punto justo con unas coloridas sillas tipo sillones de lo más cómodas. Sin embargo, no quiero acabar esta crítica sin resaltar el mérito de este establecimiento. Su original manera de atraer al público ofreciendo platos muy dignos y bien elaborados en un ambiente distendido y desenfadado que incluso están exportando fuera de nuestra comunidad con locales abiertos ya en la capital del reino. Habrá que seguirles los pasos porque la verdad es que su oferta no pinta nada mal. Opinión de Opinión de Javier RiojaSe agradece que entre toda la oferta de restauración de una ciudad, siempre haya alguna excepción que quiera desmarcarse con algo original, como el Restaurante Balboa Social Club. Nos acompañaban 2 grupos de 8 personas, y observando el tipo de restaurante me parece una buena opción el ir en grupo para ir pidiendo platos para compartir sabiendo de antemano que la cuenta sin bebida no va a subir de los 15,50€ por cabeza, a no ser que te apetezca algún plato en especial de los que cuestan varios circulitos verdes por ejemplo. Me chocó el contraste entre el jefe de sala, informal a más no poder, y una camarera novata aparentando dotes de formalidad a raudales. También me chocó que uno de los panes estuviera bastante bueno y el otro duro como una piedra. Pedimos 2 menús de 15,50€ más un Rioja que subió el precio a 42€ en total. En los entrantes, melanzana con grandes toques de originalidad pero sin llegar a ser nada del otro mundo. Los raviolis sí estaban bastante buenos. Ya de segundo, una pallarda (filete de ternera muy fina, trozo bastante grande) con salsa de limones apenas perceptible, otras opciones eran salsa de café o ajo. Muy decente. La decoración no me destacó ni positiva ni negativamente, mucha madera, distancia entre mesas, no mal servicio al final y buen ambiente aunque por qué no decirlo, los baños algo horteras, con papel en vez de secador y no había jabón. Por lo que mi conclusión es clara, un lugar que por el precio en principio es muy recomendable porque la calidad no es mala, pero ahí ya decides tú, si te gusta volverás, sino… hay muchas más opciones por Zaragoza, aunque por qué no decirlo, no con tan buenos precios.
|
Javier Rioja © 2006-2022
Aviso legal. Esta obra se encuentra bajo una licencia Creative Commons