Ambiente
Sin lugar a dudas el ambiente es su mayor atractivo. Ciudado detalle a detalle, es como si pasaras por su puerta de madera tallada y entraras en otro mundo. Concretamente en cualquier ciudad árabe, marroquí. Sus olores a especias repartidas en cestitas por todo el local, sus arcos musulmanes y su luz tenue, rojiza/anaranjada te transportan casi a La Alhambra o la Aljafería. No hay nada que no esté cuidado en su decoración o puesto al azar y ese es el mayor mérito de este restaurante. Todo parece estar mimado, manteles en tonos rojizos, salvaplatos en color oro viejo y mesas entre arcos que dotan a la clientela de una paz y un romanticismo perfecto para cenar en pareja y de manera muy tranquila. Un acierto su ambiente, su decoración y muy especialmente sus olores que te transportan sin querer a cualquier ciudad de medio oriente.
Servicio
Tan solo un responsable de sala se ocupa de todo el local. A pesar de la buena cantidad de mesas que hay en el comedor, lo hace de manera rápida y sin perder nunca la sonrisa. Profesionalidad y cercanía como definición del servicio.
Comida/Carta
Cuando uno va a comer a sitios de este tipo ya conoce lo más típico: el cus cus, y por supuesto, aquí también lo encontrarás pero acompañado de otras muchas cosas. Berenjenas rebozadas a la miel, almendrados de espinacas, patatas a la menta, ensalada bereber, pinchitos de pollo o de postre sorbete de rosas son de los platos más típicos. Pero lo recomendable es que os pidáis uno de sus menús. Hay un menú degustación por unos 23€ en el que picoteas de casi todo y luego eliges un segundo, y otro algo más corto: el Menú Delicias Al-Kareni que no lleva ensalada y unos pocos menos entrantes por 16€. A mediodía cuentan con un menú que os saldrá por entre 8/10 € muy completito.
Lo mejor es que os pidáis uno de estos y probéis los manjares de esta comida que mezcla lo salado con toques dulces y hace de ello todo un arte realmente sabroso.
Precio
El precio no es un problema en Al Kareni. Si os pedís el Menú degustación que no lleva incluido la bebida puede saliros pos unos 30€ pero se sale realmente lleno y si pedís el Menú Delicias junto con té a la menta pagareis unos 24€. Para todo lo que se come y las raciones que ponen, son unos precios muy razonables.
Opinión de Sonia Agud
Personalmente es un sitio que me encanta. Me encanta por mil motivos. Ese ambiente que crean con la decoración tan minuciosa es tremendamente acogedor y con un encanto fuera de lo habitual. Los olores a especias como si estuvieras en el Bazar de cualquier país musulmán hace que te encuentres como si realmente estuvieras allí. En este sentido es una pasada de local.
El jefe de sala, un encanto. Intenta a toda costa que la gente esté cómoda sin molestar ni meterte prisa y con una continua sonrisa en la boca. Y la comida ninguna pega. A mí esa mezcla de dulce con salado me parece de lo más lograda.
Nos pedimos el Menú Delicias que lleva berenjenas a la miel, almendrados de espinacas y una bandejita de patatas a la menta. Y de segundo a elegir brocheta de pollo o cus cus. Cada uno pedimos una cosa distinta. La brocheta jugosa para ser de pollo y el cus cus te lo sirven por un lado la sémola, por otro el caldo con los garbanzos y en una bandejitas las verduras y la carne para que lo puedas mezclar a tu gusto. De postres optamos por el típico sorbete de rosas, muy bueno y de sabor poco habitual y helado de naranja con nata, una copa realmente grande y con muy buen sabor. Para cerrar la cena, por supuesto, el típico té a la menta que lo sirven en vasitos pequeños de cristal tallado llenos de hojas de menta y en una bandejita con una tetera de plata envejecida. Sabor fuerte pero muy bueno también. De todo ello con vino de la casa (Viñas del Vero) agua y pan pagamos 48€.
Al Kareni es un restaurante que me encanta y al que no me canso de ir. Solo por ver su decoración merece la pena la visita. Seguro que no os deja indiferentes ni por su ambiente ni por su cocina. Id y probad algo distinto.
Opinión de Javier Rioja
El buen servicio de este restaurante se nota al entrar, no es que te reciban de rodillas, sólo es palpable por el buen hacer del camarero y ayudándose de un lugar acogedor, aunque pueda resultar algo sombrío.
Ya en la mesa nos pusieron para picar unos encurtidos, olivas con trozos de guindillas y un ajo. El pan muy decente. Me gustan los encurtidos y las guindillas, especialmente al anochecer, por lo que me vino bien. De todas formas dudo que este entrante sea del agrado de todos.
La carta es algo justa, pero como todo está bueno (al menos para la gente que le guste la cocina árabe) no hay problema, es más, vuelves a degustar platos como el Cuscus o el Alberenjimiel.
Pedimos unas Delicias (16€) que incluían 5 especialidades para compartir entre dos y un segundo para cada uno a elegir entre cuscus y pollo. La bebida, postre y café/te van a parte.
Nos trajeron un plato con requesón excelente, papas a la menta muy buenas y en otro plato al terminar este un poquito de todo, pastel de pollo, almendrados de espinacas y lo que me gustó menos: berenjenas con miel, me pareció mal cocinado.
El camarero muy eficiente y rápido, aunque estábamos sólo 4 mesas. Me hizo gracia al llevarse un plato cuando preguntó antes si nos lo íbamos a comer, me dio la impresión de no estar en España, y parte de la gracia de Al Kareni está en imbuirnos en un restaurante árabe y ciertamente lo consigue.
Nos cambian los platos y traen por una parte cuscus con un plato de verduritas y garbanzos y por mi parte pollo de un sabor excelente acompañado de arroz. Esperaba más del cuscus aunque el resultado fue muy bueno. Resaltar la cantidad, cualquier persona se quedaría lleno al elegir esta modalidad y nosotros que comemos mucho no pudimos con todo.
Un postre típico es el sorbete de rosas por lo que me decanté por él, sorbete muy interesante, aunque tienes otros sabores, helados y platos típicos. El helado de naranja con nata estaba excelente, aunque le sobraban las almendras.
Ya al final el camarero nos preguntó que si deseábamos un excelente té verde, (1,5€ cada uno).
El ambiente del bar está muy logrado consiguiendo en parte sentirnos inmersos en un restaurante árabe. De fondo no sé qué pintaba la música de guitarras españolas y para mi gusto la decoración estaba demasiado sobrecargada de los mismos tipos de objetos repetidos, cuadros, lámparas, etc. Eso sí, al levantar la mirada, siempre ves objetos decorativos nuevos cada vez de la cantidad que hay.
Los baños limpios, aunque el agua salía a una presión desmesurada, no iba el secador y había que usar papel para secarse las manos.
Al final nos traen la cuenta acompañada de unas cuantas rositas de pitiminí secas.
En resumen, nos encontramos con el mejor restaurante de comida mozárabe de Zaragoza, muy recomendable.
Instalaciones: |
(8) |
Servicio: |
(8) |
Calidad: |
(7,3) |
Precio: |
(8,2) |
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