Ficha Técnica Dirección: c/Agustín Palomeque, 11 - 50004 ZaragozaHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónA escasa distancia de la Plaza de España se encuentra la Cafetería Palomeque, un establecimiento que, a simple vista y para todo aquel que no lo conozca, puede parecer una cafetería más de las muchas que hay en el centro de Zaragoza. Quizás después de leer esta crítica te entren ganas de ir a conocerla. AmbienteAmbiente distendido y agradable. Es una cafetería pequeñita con unas diez mesas y con un aforo no mayor a 35-40 personas. La barra se encuentra justo de frente a la puerta de entrada y las pequeñas mesas delante de la barra. Una barra adornada en su parte superior por cartelitos (tipo pizarra) donde se exponen las sugerencias de picoteo. Entrando a la derecha se sitúa la cava de vinos, licores y champagnes y tras ella un pequeño y estrecho pasillo que nos lleva a la cocina en el lado izquierdo y a los baños justo al fondo. Yo definiría el establecimiento como muy de “andar por casa”. En verano muchas de las mesas del interior son sacadas a la calle puesto que, al estar en una calle peatonal, la terraza es el mejor lugar para comer o cenar. Llama la atención lo pequeñito del lugar y la sensación de estar todo puesto al milímetro para sacarle el máximo partido a un local tan escaso. Pero ahí radica su encanto. Mesas (cubiertas por coloridos manteles individuales de papel y servilletas de celulosa) con muy poca separación entre unas y otras y tremendo bullicio fruto del lleno absoluto con el que cuenta siempre Palomeque. Ese puede ser uno de sus mayores inconvenientes. Que siempre está a tope, que las voces de unos y otros se entremezclan con las conversaciones de las mesas cercanas y que no se cuenta con excesivo espacio. Sin embargo, aunque parezca mentira, este original ambiente forma ya parte del encanto del local. ServicioDos pesos pesados de la restauración en Zaragoza están al frente de Palomeque, Fernando Mallenco y Miguel Arlés. Mientras Fernando se ocupa de controlar lo que se “guisa” en la cocina, Miguel se centra en la atención al público, algo que viene haciendo desde sus comienzos cuando trabajaba en el NH Sport, el Gran Hotel o era jefe de Sala del Cachirulo. Sin duda, el amplio bagaje de ambos asegura un trato excepcional donde amabilidad es la palabra. Trato familiar y de casa lo que no impide una excelente profesionalidad. Tanto Miguel como Fernando y sus chic@s te guiarán para que la cena no se te pase de presupuesto ni sea excesiva, así como te harán las mejores recomendaciones de la carta atendiendo a los productos de mercado del día. Comida/Carta Como hemos comentado con anterioridad la primera vez que entras la ves como una cafetería sin más. De esas que sirven cafés por las mañanas y que a medio día o por la noche puedes picar alguna tapa. Una idea que cambia completamente en el momento en el que te sientas a una de sus mesas. Palomeque tiene el mérito de reinventar el picoteo en Zaragoza, de hacer ese tipo de cenas y comidas ahora tan en voga en la ciudad, cuando a nadie se le había pasado por la cabeza ni hacerlo. PrecioSi te dejas guiar a la hora de pedir, la comida o cena te puede salir por unos 30 euros. Un precio más que razonable para la calidad del producto y las cantidades de las raciones (siempre excesivas para una única persona). Si pides un primero, segundo y postre para cada uno de los que vayáis el precio se te disparará y además no podrás disfrutar de todos los platos puesto que acabarás saturado de tanta comida. Mucho cuidado con los vinos porque también pueden ser los culpables de que suba el precio final. Opinión de Sonia Agud Palomeque es un establecimiento que conozco mucho. He ido en innumerables ocasiones y he de reconocer que siempre salgo diciendo lo mismo: ”Que bien y que a gusto he comido”. Es la opción ideal si quieres ir de picoteo, pero un picoteo de nivel y calidad. Mi recomendación es que si vais cuatro personas compartáis de primero tres platos y luego veáis como os habéis quedado para pedir los segundos porque las cantidades que ponen son bastante generosas. Tengo muchos platos favoritos de este establecimiento pero si vais no dejéis de pediros una vieira gratinada, es realmente buena. Si sois carnívoros probad el chuletón irlandés, se sirve en una plancha y se va haciendo mientras vais comiendo y así nunca se queda frío, es muy muy sabroso. Y de postre a mi me encanta el sorbete de piña con ron añejo, es el toque final ideal. Podría seguir enumerando platos y platos porque la verdad todos los recomendaría. Para mí, Palomeque aúna muchas de las cosas que voy buscando en un restaurante: estar cómoda (nada de ir de punta en blanco) ni sentirme rodeada de estirados, buenas cantidades y calidades y cocina de mercado sabiendo siempre lo que comes pero teñido por pequeños toques novedosos. Creo que tanta gente no nos podemos equivocar. Opinión de Javier RiojaSe podría decir que Palomeque es un un bar de tapas muy generosas y de gran calidad. Como no es un restaurante, obviaré su decoración y ambiente. Nos sentamos en la terracita con unas vistas bastante feas de la calle Agustín Palomeque y Miguel nos sirve una copa de un excelente Champagne. En la carta hay donde elegir, aunque creo que falta más variedad en los platos, en donde el foie copaba gran parte de ellos. Una recomendación: déjate guiar por el camarero a la hora de pedir. Nos descorchan un Protos blanco que quita el hipo y, como en la carta abundaba tanto el foie, pedimos… un plato de foie. Foie primoroso, aunque en ese plato podrían comer 4 personas, éramos 2… y empezamos a comer, a mezclarlo con pan tostado… Me encanta el foie de pato, pero acabó cansándome y sobrando en el plato (todo un desperdicio). Hicimos un mini break y nos trajeron la carne, la cual Sonia en varias ocasiones me contó que era colosal y el primer bocado no podía ser más decepcionante. Esta carne irlandesa te la sirven cuando aún se está haciendo y se mantiene caliente un ratillo… estábamos más que llenos y el plato de carne para 3 personas se quedo en la mitad… La carne era muy buena, el primer trozo casualmente era de una zona mala de la ración pero los demás bocados aunque cuantiosamente mejores tampoco eran para tanto. Fue en ese momento cuando Miguel nos dijo que era mucho lo que habíamos pedido… y tenía razón, pero desconocía que hubiera tanta comida en cada ración. Para terminar, un sorbete de piña muy correcto, unas pastas y frutas de Aragón. Hay algo que falla en este lugar. Como las raciones son tan amplias, si sólo vais dos personas cualquier cosa que pidáis es muy probable que os sobre, y sino seguramente os va a cansar; deberían existir las medias raciones, por lo que no puedo recomendar este sitio para que acuda una pareja a comer. Sin embargo la cosa cambia para los grupos, si queréis organizar algo para unos cuantos y comer muy bien… este puede ser un excelente lugar. Otro detalle en su contra es lo frecuentado que está, por lo que nada de decidir el día anterior (ni la semana anterior…). En conclusión, calidad desmedida y, aunque esperaba algo más, muy recomendable.
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