Ficha Técnica.
Dirección:
Santiago, 12
50003 Zaragoza Clic para ver el Mapa.
Teléfono: 976 207 365 / 666 956 606
Cierra: Domingos por la tarde y Lunes cerrado
Cocinero: Christian Gáñez
Precio medio: 28 €
Este restaurante ha cambiado de dueños, por lo que esta crítica ya no tiene validez.
Ahora el restaurante se llama Esenzia, su teléfono: 976 900 818
Introducción.
“Cómo como, la única cocina que piensa en tu salud” esa es la frase que reza al inicio de su página web. Así pues todo queda dicho en esta introducción con dicha frase, un restaurante cuyo principal propósito es hacer de la comida no sólo algo para el disfrute del paladar sino al mismo tiempo que precisamente ese disfrute no vaya reñido con la salud. Pioneros en la ciudad en aunar comida con salud de este modo comienzan a abrirse paso entre la oferta culinaria de tipo medio en Zaragoza.
Ambiente.
Con un restaurante principal bañado en tonos blancos, negros y rojos que conjugan a la perfección con el tono gris del suelo tipo gres del salón, todos ellos se entremezclan entre sí jugando con dibujos en ciertos lugares de esas especie de espirales a modo de logo que usa el restaurante.
Del interior del restaurante llaman la atención por varios motivos. Por un lado por las modernas láminas que decoran las paredes del local, todas ellas en tonos blanco y negro sobre monumentos de ayer y de hoy de la ciudad (vistas del recinto EXPO, distintos puentes de la ciudad, etc.) y por otro la llamativa tubería en color gris que recorre todo el techo del restaurante de principio a fin a modo de conducto de aire dejado a la vista para dotar a la estancia de ese toque actual que predomina en el salón.
Crítica.
Un día callejeando muy cerca de la Plaza del Pilar vi este restaurante y los tintes modernos que divisé por el interior junto a la carta del exterior (que mostraba las calorías por plato) hizo que en pocos días me decantara por esta opción por curiosidad. Ese día mientras miraba la carta en la calle salió del restaurante su camarero para intentar convencernos para comer en Cómo como, un cubano que no tendría otra cosa que hacer dentro, la verdad es que suele haber siempre poquita gente.
Al sentarme, el ambiente no me desagradó, tintes modernos a bajo precio, sólo 3 mesas ocupadas de unas tantas (aunque en un piso de abajo sí estaba lleno, la sala donde organizan los eventos y banquetes). Los vasos de agua la mar de originales (inclinados) aunque el resto de la cubertería no acompañaba esa línea.
La carta sencilla, un menú con pocas opciones en primeros, segundos y postres. Cuando el camarero nos trajo el pan nos dijo “veréis cómo os gusta…”, me resultó extraño y al final era un pan bien normal. La carta de vinos muy concisa, demasiado, por ejemplo en los blancos sólo había 3, por lo que habrá que tenerlo en cuenta aunque en mi caso me conformaba con cualquiera porque no quería gastar demasiado y al final elegimos un Rueda Viñas del Sopié, Verdejo del 2007 por 12€ que me agradó mucho.
Como primer plato lo tuve claro, un arroz de una calidad excelente, aunque quizás poca cantidad para los más comedores. El borde del plato estaba plagado de sal de pizarra.
Ya de segundo una buena pieza de salmón, bien acompañada de verduritas y otra vez sal alrededor del plato, con este plato junto con el arroz te quedas bien harto.
Todas las verduras de calidad y prácticamente al vapor manteniendo bien su sabor.
El postre muy bien, por un lado carpaccio de piña con helado de mandarina, fino y bueno. Y el milhojas de membrillo y queso con espuma de yogurt, destacable también.
Por lo que al final comí bastante bien, el precio de la comida va en consonancia con la calidad, tampoco se puede pedir un excelente solomillo por lo que pagamos porque si nos costó todo 55€ con vino y agua salé el menú de 3 platos por menos de 20€.
El servicio me gustó, pero el cubano que tienen de camarero no caerá bien a todo el mundo, cumplió. Destacar para terminar lo descuidado que estaba el restaurante, zonas con varios metros manchadas de roces de las mesas, yeso picado por la parte superior, platos desportillados, etc.
Puedo recomendar este restaurante para variar, se come bien y barato, pero sobre todo sano y eso sí que es de destacar. Sólo por este hecho, el saber qué estás comiendo, es motivo suficiente para decantarse por este restaurante. Sin embargo la calidad global es justa, no es un lugar para gozar de la comida y no entiendo muy bien las cantidades masivas de sal por los bordes del plato, porque habrá más de uno que no pueda comer sal y es un buen detalle el colocarla a los lados, pero es que parece que el chef de CómoComo la usa para decorar. Lo dicho, por el precio puedes probarlo, además se encuentra en un lugar muy céntrico a medio minuto de la Plaza del Pilar.