Ficha Técnica. Dirección:
Calle Zurbano nº 31 - 28010 MadridHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónNos imbuimos en un estilo de cocina distinto, la cocina creativa del joven y arriesgado Sergio Arola. Reconocido nacional e internacionalmente a pesar de su relativa juventud, es momento de comprobar con nuestros propios paladares si en el establecimiento del matrimonio Arola Fort son tantas las luces que lo iluminan. AmbienteTras una medida y tenue iluminación se esconden las dos plantas (casi tres contando con la planta baja) de Sergi Arola Gastro. Tras subir unas poquitas escaleras bien acompañadas por una rampa para personas con minusvalía, se encuentra la tupida puerta de cristal gris marengo casi negro bajo la que se esconde la sala. Una sala que se caracteriza por su alargada disposición en la que varios detalles llaman la atención por su originalidad, ocurrencia y utilidad. Unas instalaciones que, sin ser para nada ostentosas, son dignas de mención, en las que no hay detalle dejado al azar, motivo por el que no se les puede objetar nada en absoluto. Como decimos, una sala alargada y de estética predominantemente moderna en la que en momentos se pueden intuir los toques zen. Las mesas están dispuestas de manera lineal en la parte izquierda del pasillo central, unas mesas acompañadas por un sofá corrido a lo largo de toda la pared y que servirá con sus múltiples cojines de tonalidades ocres, marrones, grises combinando a la perfección con el estilo del local, como asiento para buena parte de los comensales de esas 7/8 mesas de la primera zona. Todas ellas con vistas al que sin duda es el elemento estrella del salón, el mosaico tipo puzzle de color marrón chocolate casi vengué que recorre toda la pared derecha de la sala hasta llegar a la cocina y que no es otra cosa que cajones que entran y salen de esa original composición y que, como no, tienen su utilidad, servir como lugar para guardar cubertería, servilletas, etc. Una vez finalizada esta primera zona y tras pasar por la zona de la cocina y de un pequeño office acristalado en tonos oscuros al finalizar la última mesa, el local se ensancha un poquito para abrirse a 4/5 mesas más, alguna un poquito más amplia, con un fondo original en la pared frontal y final de la sala. Recubierta de cangrejos, peces o redes marinas aparentemente disecados, es otro toque decorativo que dota al local de esa originalidad y frescura que lo hacen tan diferente a otros restaurantes de esta índole. Llama poderosamente la atención el hecho de que la mayoría de las mesas sean solo para 2 personas habiendo alguna de 4 y excepcionalmente una de 8 para grupos al final de la segunda zona de la sala. Curioso, ¿verdad?. Ciertamente es un local íntimo sin cabida a las grandes comidas, bullicios, nada que lo aparte de ese aura de tranquilidad y mesura. Un dato importante y al que muchas veces sólo se le da importancia cuando falla pero nunca cuando es correcto, es la iluminación y temperatura. En el término exacto, ni mucho ni poco, ni pobre ni pasado de la ralla. Justo la luz que debe haber y la temperatura idónea para el tipo de local y el número de personas que estábamos. No podíamos olvidar en esta sección hacer referencia a la hermanita pequeña del restaurante, que se encuentra en la planta baja y que no es otra que la pequeña coctelería del propio restaurante. Una zona de lo más cuidada y coqueta donde tomar copas o inclusos los cafés tras estar comiendo en la sala y que es visitada por lo más granado de la sociedad madrileña. Con sofás, mesitas bajas y una llamativa cristalera desde la que se deja entrever la bodega del restaurante, su visita es la guinda del pastel. Más si cabe cuando su barman, Diego Cabrera, es altamente reconocido. Lo dicho, la mejor manera de acabar tu visita a Sergi Arola Gastro. En definitiva un local tremendamente cuidado y, no menos importante, cómodo tanto para el que trabaja como para el que lo visita. Destacable por ese ambiente de tranquilidad que se respira salpicado a la perfección por la frescura y modernidad y ese dificilísimo toque de la combinación entre lo sobrio y elegante con lo distendido y actual. ServicioJoven aunque sobrada y tremendamente preparado, así se podría definir al excepcional equipo de Seri Arola Gastro, sustentado sobre cuatro pilares fundamentales: Sara Fort como directora y jefa de sala, Daniel Poveda como sumiller, Sergi Arola al frente de los fogones y Manuel Berganza, jefe de cocina. Merece la pena visitar y disfrutar de un equipo de tal categoría, trayectoria y profesionalidad. Así lo avala su trabajo y sus numerosos galardones y premios. Estos 4 actores protagonistas están acompañados de unos menos conocidos camareros, pinches y demás personal pero sin los que no serían nadie, aquí se cumple la máxima de que todo engranaje de un mismo equipo es importante en la tan difícil tarea de realizar un trabajo de altísimo nivel en el que los tiempos, descansos y palabras ante la clientela son tan decisivos. Carta y PrecioRestaurante en el que no existe carta, decantándose por la oferta de diferentes menús. Detalle que cada vez se hace más común y es perfectamente comprensible ya que al pedir un menú degustación se aprecia mejor lo que en ese momento el chef puede dar de sí. Menú gastro por 130€, 185€ con maridaje de vinos. Hay otra opción para los almuerzos, el Menú ejecutivo por 85€, algo más barato y rápido para las ajetreadas comidas. Importante es el cambio mensual de la carta aprovechando los productos de temporada, sin dejar de lado aquellos platos que Sergi considera mantener por su elevada reputación alcanzada en sus 11 años de vida en Madrid. Opinión de Javier RiojaAprovechamos la presencia de Daniel y le pedimos consejo, nos preguntó gustos, si nos apetecía un español o internacional, fue este último el que le sugerimos y nos trajo un Burdeos “barato”, un Domaine de la A, del 2005, distinto y muy interesante, pero con dudosa calidad/precio teniendo en cuenta lo que cuesta: 48€. Enseguida teníamos los entrantes encima de la mesa, unas olivas, cerezas maceradas con sal y vinagre, buñuelos de gambas, paté berenjena, chips con alioli (sin duda lo mejor), servidas en un bol con semillas de cacao. Procedemos con los 14 bocados del menú gastronómico. Las tapitas...Cornete: de Gazpacho y helado de agua de tomate. Bacalao. Las Patatas: "Bravas" al estilo Arola. Nos colocan 3 rebanadas de pan de distinto cereal, y un plato con sal de maíz y chocolate (espectacular en la boca el de maíz), mantequilla y aceite de oliva que nos echaron en el momento. Aceite de oliva, mantequilla, sal de maíz y sal de chocolate. Foto: scaredykat. Los entrantes...Las Sardinas. La Remolacha. Navajas: Los pescados...Lorito "Raó". Mero Negro: Crestas de gallo: Las carnes...Solomillo: Hígado de Pato: Y los postres...Albaricoques: Sandia: El Soufflé: En este momento nos preguntan si deseamos café o té y tras enseñarnos la carta y elegir (cafés del mundo por 4€) nos acompañaron a la planta sótano. Junto con los cafés de etiopia e India, acompañaba un plato con caramelos, chocolate y magdalenitas con mermelada de pera. Mucha clase. Tras unos minutos bajó Daniel para entregarnos la carta con lo que comimos. Petit fours. Foto: scaredykat. En el bar, nos acompañaron también un par de parejas, que como nosotros venían de arriba tras cenar, y de 4 amigos entre los que se encontraba el director de cine Álex de la Iglesia, quien saludó efusivamente a Sergi y estuvieron disfrutando ambos de un buen rato en el que sólo ellos hablaron ante la mirada de sus acompañantes. Pedimos la cuenta, 341€, los dos menús degustación, el vino de 48€ y un agua de litro, la más barata de 3€ y dijimos adiós a este pequeño templo Arola. Fallitos que no lo son tanto. El servicio de Sergi Arola Gastro.Nadie nos preguntó sobre alergias, no tenemos ese problema, pero nos sacaron todo un menú degustación sin hacer mención al tema. Tampoco me gustó un mal detalle que tuvo una de las jóvenes camareras al hacerle una pregunta sobre un plato, me dio la impresión de que a todos los camareros les faltaba labia, procedían a realizar su tarea de servir platos y al entrar en este comedor estás pagando una suma muy importante de dinero como para que el servicio en ese aspecto no esté a la altura. Por último, sí es verdad que tenía que conducir, pero al final Daniel soltó por encima ya en los postres que no nos ofreció vino dulce por ese mismo tema, detalle que no me gustó porque éramos dos personas en la mesa y sólo conducía una. Decidió él por nosotros. Una gran pena que no estuviera Sara Fort, multigalardonada jefa de sala, porque nuestra experiencia con el servicio de este restaurante hubiera sido más completa. Un servicio muy joven que cumplió algo por debajo de altura del restaurante, por ejemplo en la forma de presentar los platos. El servicio sólo me resultó impecable en su organización, en donde a cada plato, dos camareros nos los iban colocando con absoluta precisión, la cena se desarrolló bajo un ritmo perfecto y nunca nos faltó vino o agua en los vasos.
Mi opinión sobre el chef: Sergi Arola.Lo calificaría como de complejo, sugerente, detallista y con personalidad desbordante. Este chef catalán, criado en los fogones de El bulli bajo su maestro Ferran Adrià, abordó una gran etapa en Madrid como maestro de cocina en La Broche y tras este tiempo quiso montar una bistró por su cuenta, con ayuda de su mujer consiguiendo un restaurante que a día de hoy posee dos estrellas Michelín. Me sorprendió no sé si positiva o negativamente la utilización masiva de productos baratos. Se agradece que arriesgue, su cocina por suerte es variada, aprovechando el producto del momento y con grandes dosis de producto mediterráneo. Sergi se mostró relativamente cercano, en una ocasión nos trajo él mismo uno de los platos y lo presentó, como hizo una o dos veces en cada mesa, demostrando que no se le caen los anillos y es un gran detalle porque no suele abundar desgraciadamente. En conclusión, Sergi me parece un chef excelente, con una visión muy clara de la cocina en donde sus únicos dos peros son las cantidades irrisorias en muchos de sus platos y la falta de espectacularidad de otros chefs.
Conclusiones.Disfruté a partir del momento en que la puerta corredera automática se abrió, las acogedoras y modernas instalaciones, la copa de champagne y los primeros aperitivos. Pero fue en ese momento, tras los primeros entrantes, cuando me di cuenta que todo se comía en una cucharada, excepto la carne y el foie, que se comía en cuatro, y aunque no me quedé con hambre, sí que por tal precio hubiera sido imperativo añadir un plato más consistente, como por ejemplo queso en los postres, aunque el mismo seguro que hubiera tenido el toque Arola: un trozo de exquisito queso de unos 3cm de diámetro, no más, lo justo para saborearlo… y terminar con la sensación de querer más y volver al mes siguiente con la carta renovada. Porque esa fue mi impresión al terminar. Sergi Arola Gastro cumple con todos aquellos pequeños detalles que me gustan, y por eso terminé tan contento aún con la sensación de que estás pagando más que por comer, por degustar.
Opinión Sonia AgudVerdaderamente cuando uno tiene el nombre del Sr. Arola no es por azar o arte de magia y así lo pude atestiguar tras nuestra visita del pasado mes de Agosto. Como siempre, y aún a riesgo de ser excesivamente sincera, volvía ir predispuesta a que no iba a ser lo esperado. Pero todo tiene su por qué. Reservamos por internet y tras hacer la reserva dos datos me llamaron tremendamente la atención, primero el tema de la indumentaria, nada de camisetas ni zapatos abiertos para los caballeros y segundo, la mesa no quedaría reservada en firme si no se reconfirmaba 24 horas antes de tu visita. Sinceramente, cuando uno va a gastarse el dinero que cuesta comer allí creo que lo mínimo es llamar ellos al cliente y reconfirmar la reserva. Pues bien, esos dos detalles, más el segundo que el primero, me hacían chirriar pero a pesar de ello, estaba deseando sentarme a su mesa. 9 menos diez de la noche de un calurosísimo día de agosto cuando entramos por la calle Zurbano. Dadas las fechas pudimos aparcar en la puerta del local (durante agosto no está disponible el servicio de aparcacoches) y ver como Sergi aparcaba dos coches detrás del nuestro. Para nuestra sorpresa era el Sr. Arola con una cajita negra tipo de zapatos bajo el brazo (al irnos vimos a un jovencísimo pinche de cocina, que resultó ser Manuel Berganza, también con la caja bajo el brazo. Si podéis enteraros qué es, aunque supongo que el misterio será llevar sus utensilios de trabajo), al que nos quedamos mirando y tras un hola por parte de Javier él, llano y cercano, contestó sin problema alguno. He de reconocer que temíamos que estuviésemos solos dadas las fechas y que precisamente por ese motivo la calidad de la materia prima se resintiera, nada que ver con la realidad, estamos hablando de profesionales en letras mayúsculas. Pronto vinieron a traernos la carta de aguas (4/5 tipos desde los 3 euros de la Bezoya que pedimos hasta las de precios más que desorbitados más si cabe si no eres un entendido en las mismas). Milimétricamente compenetrados, vino seguidamente de nuevo Daniel a explicarnos la carta, los tipos de menús y distintas alternativas. Explicó poquito porque lo teníamos más que claro, ya habíamos visitado la web: optaríamos por el menú gastro con el que probaríamos de todo y conoceríamos la gastronomía Arola de pé a pá. Las famosas papas bravas de Sergi Arola. Foto: scaredykat. Fue en este instante cuando me di cuenta de que probablemente las minúsculas cantidades de estos aperitivos y entrantes se iban a suceder durante toda la noche, y que los pescados y las carnes seguramente fueran un bocadito de cada uno con la guarnición pertinente. Efectivamente fue así, pero sigamos con los platos. Del resto de mi paso por Arola he de comentar varios temas. Por un lado el servicio. Bajo mi punto de vista, excepcional. Joven equipo, dentro y fuera de los fogones, en el que se intercala de una manera medida y exacta los miembros más cercanos con los que mantienen una postura algo más distante. La manera en la que están coordinados temporalmente al milímetro me parece un ejercicio magistral de compenetración. Cómo tanta gente puede ir tan perfectamente coordinada sin que nadie saque los pies del tiesto? Ciertamente es un detalle que me maravilla. Un 10 para el trato de Daniel. Hubiera sido genial poder disfrutar de la profesionalidad de Sara Fort pero, en su ausencia, Daniel cumplió haciéndonos sentir cómodos, preguntando cada cierto tiempo sin parecer pesado o pelotero si iba bien todo o estábamos disfrutando y consiguiendo otro de los detalles que me encantan y más agradezco en estos restaurantes de alta cocina, el hacer sentir bien al cliente. Nada de ostentaciones ni servicio estirado. Así se demuestra la grandeza, la profesionalidad no está reñida con la cercanía. Me encanta que el servicio del señor Arola no entienda que la grandeza es igual a frialdad. Sin embargo, como en toda crítica hay un detalle que no me convenció y que espero que Don Sergi entienda si algún día, como buen aficionado a internet y a los blogs que es, lo llega a leer. Entiendo perfectamente lo que es la alta cocina, la conozco y nunca pediré grandes cantidades en menús de este tipo, pero no veo justo pagar esas cantidades y que haya un único bocado, ya no bocado, bocadito de cada plato. No creo que sea aumentar mucho el coste poner algo más de cantidad y mucha gente por seguro lo agradecería. Fue un detalle que me dejó algo desilusionada y fría. Incluso si fuera necesario sería partidaria de elevar el precio del menú con el fin de poner algo más de cada plato. Resumiendo, me encantó el ambiente, servicio y especialmente a lo que iba, la cocina de Sergi Arola. Su manera de usar ingredientes no excesivamente caros, con formas y texturas inimaginables aunándolos con sabores creativos y llenos de peculiaridad, lo convierten en un punto de referencia gastronómico por méritos propios. Lejos de espectacularidades en cuanto a presentaciones (como pueda ser el caso del maestro Arzak) su cocina arriesgada, lo sitúan en un lugar privilegiado de los altares de la alta cocina española. Osado, ingenioso, provocativo y minucioso, en momentos insolente en su visionaria manera de entender la cocina pero siempre con grandes toques de distinción, así es Don Sergi Arola.
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Javier Rioja © 2006-2022
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