Ficha Técnica. Dirección:
C/Marqués de Pidal, 20 – 33004 OviedoHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónEl Principado de Asturias en general y su capital, Oviedo, es sin duda un lugar de excepción para todo amante de la buena gastronomía. Comer bien y a buen precio es junto con sus paisajes uno de los mayores atractivos de la zona. Sidrerías, Casas de Comidas (tan habituales por estos lares) o restaurantes de renombre y solera, da igual cual sea tu elección ya que el buen comer está más que asegurado. Por ser esta la primera incursión en crítica gastronómica en Oviedo nos estrenaremos con uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad, el Bocamar, no sólo conocido por ser una gran marisquería y restaurante sino por ser, dicho en sus propias palabras, el restaurante favorito el archiconocido Woody Allen, cliente habitual del local y de la capital ovetense.Ambiente En pleno centro comercial de Oviedo y ya desde la calle pueden verse sus llamativos toldos en color azulón con el logo del restaurante serigrafiado y sus amplios ventanales junto con sus ojos de buey que ya nos dan idea del tipo de restaurante ante el que estamos, una marisquería y restaurante típico de mar. Servicio Poco que decir en cuanto al servicio, detalle que se antoja positivo. Profesionalidad a raudales unido a esa cercanía y familiaridad típica de los asturianos. Atentos y rápidos en todo momento. Ni una sola pega en este aspecto. Comida/CartaSi algo hay que destacar de la carta de Bocamar es sin duda el marisco y el pescado del Cantábrico. Mimado con esmero, es traído diariamente de la Lonja. Carta en la que encontraremos ya no sólo productos del mar sino en la que veremos que la carne se cuida también con mimo. La carta es muy extensa (podréis comprobarlo visitando la web de Bocamar) pero destacaría todos los mariscos frescos de la zona (almejas, nécoras, centollos, bogavante, langosta, percebes,…) al igual que sus apetitosos entrantes como el pastel de cabracho, las buenísimas ensaladas, los fritos de pixín, etc. Y ya en los segundos podréis optar por los arroces (bovagante o almejas), sus parrilladas de pescado o mixtas o decidiros por un buen pescado fresco del día como el rodaballo, el mero, la merluza o la lubina o por las buenísimas carnes del norte en las que hay menos para elegir pero que no os dejarán indiferentes, Una buena y típica opción de la zona podría ser los escalopines al cabrales. Por último nos quedan los postres, todos ellos caseros entre los que podemos destacar pos ser típicos de la tierra el arroz con leche o los frixuelos solos o bien acompañados de manzana, helado o nata entre otras opciones. No podemos acabar esta sección sin hacer una mención especial a la carta de vinos del establecimiento. Una carta amplísima que hará las delicias de todo buen catador de vinos, especialmente si os gustan los blancos, los hay de todas las zonas y colores. Ya más cortita pero igualmente interesante la carta de rosados e importante la de tintos. PrecioComo podréis imaginar con los productos que os hemos detallado en la sección anterior el precio muy ajustadito no va a poder ser. En el momento en el que hablas de productos frescos y más si se trata de pescados y mariscos el precio empieza a subir y Bocamar no iba a ser menos. Sin embargo, vista la calidad y sobretodo las raciones merece mucho la pena pagar sus precios. En platos “estándar” como pueden ser los entrantes los precios oscilan entre los 12 y 15€ y luego ya si os vais a mariscos y pescados frescos todo dependerá del precio mercado al que esté dicho producto. Nos atrevemos a afirmar que si vuestra elección va en esa línea la visita no os saldrá por menos de 50/60€ por persona. Tened en cuenta también que todos los precios de la carta son sin iva por lo que el precio subirá aún más. Caro, sí, pero estaréis comiendo el mejor producto que haya pisado la lonja ese día. Opinión Sonia Agud Desde hace 4 años soy asidua visitante a la capital Asturiana. Como imaginaréis si normalmente leéis nuestras críticas, conozco ya mucho de sus restaurantes, barecillos, sidrerías y resto de lugares culinarios. Tengo la suerte de haber visitado en este tiempo los restaurantes de mayor renombre (Casa Conrado, Bocamar, La Corrada del Obispo,…) de la capital intercalándolos con casas de comidas y sidrerías y puedo aseguraros que Asturias es el paraíso de todo aquel que le guste el buen comer. Da igual si pagas mucho dinero como en Bocamar o vas a algo intermedio, siempre sales diciendo lo bien que has comido. En ese sentido especialmente y en otros soy una enamorada de Oviedo. Era un viernes a mediodía y enseguida vinieron a nuestro encuentro al preguntar en la barra por el comedor. Salió un camarero de lo más amable que nos preguntó si queríamos mesa de fumadores o no fumadores. Ya sentadas en nuestra mesa (en esta ocasión me acompañaba mi madre) y con poca gente alrededor enseguida nos trajeron la carta y unos buñuelitos para picar y nos preguntaron por algo de beber. Viendo lo que había, nos apeteció el arroz con bogavante (como es habitual mínimo para 2 personas) y a pesar del precio 36€ sin iva por persona (lo que ya supone 72€ de comida) nos mantuvimos firmes en nuestra elección. Como no sabíamos de las raciones preguntamos qué nos recomendaban pedir y nos dijeron que algo de picoteo para compartir sería más que suficiente así que como ya íbamos a comer marisco y encima arroz que sería pesado optamos por la ensalada especial Bocamar (12€). Fue justo cuando la trajeron cuando supe que esa iba a ser una Señora Comida. Una fuente de ensalada tricolor acompañada de bonito del norte que salía por todos lados, bacalao, anchoas y trucha ahumada. Allí había ensalada para dar y vender. Estupendo el aceite y el vinagre que lo acompañaba que hacía resaltar aún más el sabor de todos los ingredientes. Previamente avisadas de que el arroz tardaría unos 20 minutos, fuimos comiendo despacito la ensalada que acompañamos con agua (excesivos los 3€ de la botella) y de dos copitas de vino blanco, en este caso un Martín Codax (2,40€) del año muy afrutado y con buen cuerpo y caída. Este fue otro detalle que me gustó. Yo hubiera pedido una botella pero mi acompañante no es muy de vinos así que enseguida salió el ofrecimiento por parte del camarero de traernos un par de copitas para no desperdiciar una botella entera. No suele ser habitual en restaurante de este tipo y fue algo que me llamó positivamente la atención. Impresionante el arroz en todos sus aspectos: sabor, textura, cocción, etc. Insuperable. Al igual de insuperable que el bogavante y medio que había en la cacerola y que no podía estar mejor y que disfruté sacándole la carne con las pinzas y chupándome los dedos una y otra vez. He probado muchos arroces con bogavante en mi vida, no en vano es uno de mis platos preferidos, pero este sabía distinto al de otros lugares. Un sabor más de mar, más intenso, con un toque más peculiar que no podría definir pero que lo hacía realmente bueno. Lamentablemente, después de repetir ambas dos veces aún quedó, algo que me dio muchísima pena. Es de esos momentos en los que me habría gustado convertirme en maruja para decir que me lo hubieran metido en un tupperware. Jajaja. Era hora de pagar, sabíamos que saldría caro. Personalmente no esperaba tanto ya que con un primero a compartir, con dos copas de vino y postre para las dos nos salió por 101,54€ (94,90 + 7 % de IVA). Detalle de la casa fue la invitación a los cafés. Qué menos, ¿no?. Así que ya sabéis que si vais comeréis a las mil maravillas y os darán un producto de primera calidad que no encontrareis en casi ningún otro lugar de la ciudad, pero eso, como todo lo bueno, se paga, vaya que si se paga. Reconozco que un precio excesivo para una comida pero el bovagante es caro y con semejantes cantidades todavía más. Y una pena pagar tanto dinero teniendo que dejar más de una ración del arroz que tan bien habíamos pagado, quizás sea un fallo de la casa a tener en cuenta. Un poco menos de ración que conlleve una pequeña bajada también del precio. No quiero acabar la crítica sin destacar un detalle que me llamó enormemente la atención y que no suele ser habitual. Es de orden público el dato que os he comentado al inicio de mi opinión, Woody Allen es asiduo al restaurante. Pero por ningún sitio vi ni fotos, ni dedicatorias, ni firmas del cineasta. Me sorprendió gratamente. No se aprovechan de su clientela famosa para darse más publicidad algo muy loable en los tiempos en que corren y más cuando en casi todos los restaurantes del famoseo abundan las fotos de todos ellos por las paredes posando con el dueño del local. Bocamar no necesita ni de famosos ni de caras conocidas para darse a conocer o publicitarse. Su producto, profesionalidad y excepcional cocina son ingredientes más que suficientes para avalar su exitosa trayectoria. Si vais saldréis con un más que buen sabor de boca (a mar).
|
Javier Rioja © 2006-2022
Aviso legal. Esta obra se encuentra bajo una licencia Creative Commons