Ficha Técnica. Dirección:
c/ La Salle 3 - 50006 ZaragozaHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónLa Rinconada de Lorenzo, junto con el Fuelle, podríamos nombrarlo como uno de los restaurantes más típicos que tenemos en Zaragoza. Por lo que si quieres comer lo más típico de la gastronomía maña quizás la visita te sirva para conocer y/o disfrutar de la rica cocina aragonesa.
InstalacionesSituado justo detrás de la Plaza San Francisco, en plena zona Universitaria, su fachada de color cal junto con sus grandes ventanas ojivales y enrejadas con forja llaman bastante la atención, y con un claro y marcado estilo aragonés. Un estilo que continúa una vez dentro en su comedor principal donde a la simple decoración da un toque netamente de la tierra los dos grandes mosaicos que decoran los fondos de las paredes principales, representando el Pilar visto desde el Puente de Piedra, todo hecho de cerámica de Muel, tan representativa de nuestra región. ServicioLa familia Navascués, concretamente Lorenzo y Mª Cruz crearon este restaurante en 1970 que ahora está bajo la batuta de dos de sus hijos, Óscar y Javier y que dirigen a un equipo de trato familiar y cercano que por edad y andadura saben lo que se hacen y sin ser estirados gozan de una buena profesionalidad. Carta-PrecioCarta con un total sabor aragonés en la que no esperes encontrar grandes alardes de modernismo, pues este no es un restaurante de ese tipo. Migas, sopas de pastor, caracoles pero sobre todo y ante todo ternasco de Aragón asado, costillas de ternasco, huevos al salmorejo o los jarretes son su especialidad. Los pescados todos ellos frescos completan la parte fuerte de la carta a los que acompañan los postres caseros de entre los que destacamos como no, algo de la tierra, el melocotón con vino. CríticaEn plena Semana Santa, el comedor principal de la Rinconada estaba prácticamente lleno y pronto nos vino a atender la dueña del restaurante que nos ayudó con alguna sugerencia tras ver la carta. Pero empezamos con mal pie ya que cuál fue mi sorpresa cuando, antes ya de que miráramos si quiera la carta, nos dijo que ya no quedaba asado de ningún tipo, sorpresa o decepción, porque elegimos este restaurante por la carne, y al final nos tuvimos que contentar con platos de carne más usuales. No esperes que te reciban con los brazos abiertos, más bien al contrario, llegan a ser algo distantes, muy aragoneses, pero de los que exteriorizan poco. No me puedo quejar del servicio, pero pienso que es un punto a mejorar. Al final optamos por un primero contundente (garbanzos) para compartir, un par de carnes y los postres. El pan estaba bien (1,15€ por comensal) y optamos por el vino de la casa, un Borsao (9€) y agua (2€). Empezamos con unos garbanzos con bogavante por 12,84€. Muy buen plato donde el bogavante daba a los garbanzos un sabor realmente bueno, y aunque el precio del plato lo encontré barato, se hubiera agradecido un poco más de bogavante aunque eso supusiera haber tenido que subir el precio del mismo. El solomillo mejorable, aunque el resultado no fue malo. Mucho mejor estaban los jarretes y, como en el caso del solomillo, las raciones fueron generosas. Fue Javier quien nos recitó la carta de postres, muchísimos donde elegir a un precio de 4,10€ cada uno. Elegimos por un lado unas torrijas sobresalientes y una de las peores tartas de queso que he probado en años, totalmente insulsa. Conclusiones.71€ es un precio que no se me antoja caro, aunque para lo que comimos sí lo sea. El hecho de que no hubiera asado es de juzgado de guardia, pero aún fue peor lo frío que nos dejó en general toda la comida, se come bien y poco más. El servicio fue raro, demasiado distante y para colmo, se quedaron la tarjeta de crédito, nos fuimos sin ella y al llamarles nos dijeron que nos la habíamos dejado con la cuenta cuando no fue así ya que ellos fueron los que se la quedaron y no la devolvieron. Un “lo siento” se hubiera agradecido cuando hubo que ir de propio a por ella al día siguiente. Las sensaciones finales no fueron buenas, pero siendo cauto, en la Rinconada de Lorenzo no se come nada mal, y aunque hay otras opciones mejores para comer en Zaragoza, como restaurante de comida típica aragonesa se podría recomendar. En resumen, acento aragonés pero con falto de sabor.
|
Javier Rioja © 2006-2022
Aviso legal. Esta obra se encuentra bajo una licencia Creative Commons