Ficha Técnica. Dirección:
c/ Joaquín Costa, 5 - 50001 ZaragozaHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónDentro del Gran Hotel de Zaragoza se encuentra uno de los restaurantes con más renombre de la ciudad que, bajo la batuta del grupo Maher restauración, cumple con todos los requisitos de todo buen restaurante.
InstalacionesComo no podía ser de otra manera, el restaurante La Ontina, encontrándose en el Gran Hotel, es un restaurante clásico y regio en el que la elegancia es una constante. Para llegar a él tendremos que subir por las escaleras desde el bar del hotel y allí en un hermoso recibidor veremos el primer y más abierto comedor al que le seguirán por un estrecho pasillo varios comedores de menores dimensiones todos ellos en tonos verdes, con sus paredes o bien forradas de tela o pintadas haciendo unas discretas aguas entre tonos vainilla y anaranjados, decoradas por motivos gastronómicos como pueden ser las láminas de diferentes tipos de hongos y setas que acompañaban en el comedor donde cenamos. ServicioUn constante ir y venir del buen número de camareros (quizás excesivo) mantiene con vida todo el pasillo distribuidor de los comedores. Un servicio donde hay un cuidado equilibrio entre la juventud y la madurez para intentar que el servicio cumpla con lo esperado en un lugar de este tipo. Llama la atención el atuendo de los más jóvenes con trajes de corte más moderno e incluso cambiando la tan rígida camisa por una camiseta cerrada dando un toque más actual. Carta La carta puede pecar de no ser muy amplia predominando en exceso los productos de temporada. En nuestro caso nos vimos inundados por los hongos y en las carnes por el buey. Hecha esta apreciación comentar que suele ser una carta como decimos corta en la que pesan los productos de la tierra y la huerta aragonesa. A pesar de ello, hay que destacar la buena elaboración de sus platos gracias a la buena materia prima y a una concepción en los platos novedosa que deja a la vista y al paladar lo mejor de cada producto con un toque moderno, distintivo e impecable. PrecioPrecios de tipo medio alto quizás bastante contenidos para encontrarnos en un restaurante de una reputada categoría. Una comida media a la carta podría salirnos por 60-70€. CríticaUna vez dentro del comedor principal tras subir las escaleras desde la cafetería, nos retiraron los abrigos metiéndolos bajo llave en un armario tipo guardarropía. Tras sentarnos en la mesa y sacarnos la carta, preguntamos si era posible pedir un menú y nos trajeron otra carta con un único menú degustación de 45€ todo incluido, pan, vino, cafés e IVA. Sorprendente el hecho de que si no lo pides de propio sólo puedas ver y pedir de la carta, incomprensible. Tras pedir este menú, una camarera sin mediar palabra nos colocó un buen trozo de un excelente pan, aceite de oliva en unos platitos, y sirvió por último el agua y el vino. Al final de la cena nos daríamos cuenta de que la camarera era extranjera, supongo que no abrió la boca porque no hablaría nuestro idioma, algo raro sin duda para ser camarera de un restaurante dentro del hotel más importante de Zaragoza (el Gran Hotel). El vino elegido en el menú fue un Cariñena Pardina. Los problemas con el servicio no terminaron aquí, ya que tras esperar un buen rato, llegó el aperitivo a la vez que el primer plato del menú, demostrando lo mal acompasado que funciona el servicio. Por suerte, a partir de este momento las sensaciones fueron muy positivas. El menú degustación.Me encantó el aperitivo, una pena que se mezclara con el primer plato del menú. Fue una insuperable espuma de hongos y unas olivas del Bajo Aragón. Puré de patata trufado. Ibérico, vieira y aceite de almendra. Carpaccio de cebolletas. Bacalao costrado, alioli de ajetes. Verduras, hongos salteados. Huevo cuajado y trufa rayada. Dentro de este menú degustación te dan a elegir entre los dos segundos platos, nosotros elegimos uno de cada para probar tanto el rabo como el arroz. Rabo de buey glaseado. Salteado de verduras y trufa. Pulpo asado, trufa. Arroz meloso de pescados de roca. Buñuelos de cacao, migas dulces y lácteos. Al final de la cena fueron hasta 3 los camareros que nos sirvieron, todos muy correctos y sobre todo joviales. Y aunque hubieran tenido una actuación sobresaliente, el comienzo con la susodicha camarera lo estropea todo. Poco puedo decir de las instalaciones en donde estuve muy cómodo, lo que no me gustó tanto fue que los comedores estaban separados por mamparas, este detalle que a La Ontina les supone tener mucho suelo en la creación de espacios en los comedores, para el comensal supone un aumento de ruido, ya que se oye perfectamente lo que se habla en el otro lado. Muy correctos los baños, con dos lavabos y toallas, aunque me sorprendió que sólo quedarán dos al secarme las manos porque no hay nada peor que no tener con qué secarte. Conclusiones.90€ todo incluido. No esperaba pagar tan poco, tampoco esperaba las raciones, llegando a ser tremendamente generosas y aunque el servicio flojeó al principio, estuvo a la altura completando un restaurante muy completo. Esperaba un restaurante mucho más serio, me llamó la atención la música de fondo de grupos como El canto del loco o Shakira, así como su servicio, comportándose de una manera demasiado extrovertida, bromas incluidas. No me pareció mal, sólo me sorprendió. La calidad de la comida está fuera de toda duda, un servicio experimentado aunque con lagunas, y unas instalaciones de gran categoría a precios no muy exagerados para ser uno de los restaurantes con más renombre de Zaragoza. Como podéis ver, La Ontina es un restaurante para tener en cuenta, recomendable principalmente por la calidad de sus platos.
|
Javier Rioja © 2006-2022
Aviso legal. Esta obra se encuentra bajo una licencia Creative Commons