Ficha Técnica. Dirección:
San Ignacio de Loyola, 14 – 50008 ZaragozaHaga Clic para ver el Mapa. IntroducciónTras subir tres pequeños escalones, a través de una enorme puerta de madera tallada custodiada por dos pequeños pinos, accedemos a un estrecho recibidor desde el que podemos ver un mostrador con dos salones a cada uno de los lados. (Fumadores/No fumadores). Ambiente. Desde que se entra se aprecia un ambiente cuidado en el que destacan las paredes de madera oscura, probablemente heredadas de las de origen de cuando La Granada era el antiguo Gurrea. En definitiva, mesura en el ambiente logrando con la inclusión de esos pequeños toques modernos y de color romper con el clasicismo y sobriedad del local, dándole una acertada cercanía y distensión para el cliente al tiempo que una calidez y luminosidad al local tremendamente necesaria. Crítica de Javier Rioja.Una vez dentro, una mujer algo seca nos sentó en la mesita de la esquina en una sala que se encontraba llena. Nos quitaron los abrigos y observando la carta de altos precios enseguida nos decidimos por los menús degustación (50€ más IVA sin bebidas). Hace acto de aparición el sumiller, con un carácter muy vivo y diferente de lo habitual, incluso informal pero sin perder su profesionalidad. Lo tenemos claro y elegimos el 3 picos de Borsao pero le comentamos que seguro es demasiado fuerte para el principio de la comida, y, asintiendo nos comentó que no nos preocupáramos porque elegiría un vino más joven para los entrantes, viendo que nos gustaba la garnacha fue a lo seguro y optó por otro Borsao, el que sería hermano pequeño: un Primizia de 5 meses afrutado con sabores de ciruela y frambuesa que me agradó pero no me convenció su postgusto. A lo largo de la cena el sumiller nos susurró que a este vino estábamos invitados. Antes de los entrantes nos ofrecen el pan, de varias formas destacando el de queso y orégano. Como primer entrante, un excelente Tataki de atún con ajoblanco, vinagreta de guindilla y nueces y consomé de ñoras y los Espárragos blancos con morcilla Asada, Arena de Pesto. 4 espárragos de buena calidad bien acompañados de pesto, muy buenos. Continuamos con unas Colmenillas en guiso y crocantes, yema de huevo de corral, y migas de jamón. Destacando sobremanera los crocantes. De momento la cena tenía un denominador común: originalidad, buenas materias primas... y poca cantidad. Los camareros rápidos y atentos, nos llenaron las copas de vino continuamente. Jóvenes e informales, tratando de tú, hacen que te sientas cómodo y sin distracciones. Preguntaban tras cada plato qué tal iba todo y lo hicieron durante toda la cena con un trato agradable. Habas y guisantes salteados a la menta, jugo de tomate y manzanilla con cigala en tempura. Llegan los platos más fuertes acompañados de uno de los mejores vinos con mejor calidad/precio de Aragón: el 3 Picos de Borsao, hermano pequeño del Alto Moncayo que sube a los 35€ y hermano pequeño a su vez del vino más caro de Aragón, el Aquilón del 2005 de unos nada desdeñables 120€. Todo garnacha del campo de Borja. El vino que nos ocupa se antoja como lagran recomendación desde esta web de críticas gastronómicas, con un color cereza intenso afrutado con ese toque de cuero y alto grado que le da un cuerpo estupendo. Continuamos con el Rape asado, su jugo anisado, caramelo de romero y caldo de manzana verde. Faisán a la royal, cremoso de frutos secos y cintas de azúcar rojas. Presentado con una crema de frutos secos que le acompaña especialmente bien a esta carne, un plato bien pensado, aunque al igual que en el rape, poca cantidad y antes de los postres me di cuenta que acabaría con algo de hambre, pero no os preocupéis porque como mucho y al final me quedé bien, aunque no es admisible que tras pagar tanto dinero se tenga algo de hambre. Destacar también el uso del chef a lo largo de toda la cena de los frutos secos, detalle que puede echar atrás a más de uno pero que al final no deja de ser un restaurante más de autor que de mercado y se agradece. Tras hacerle una pequeña broma al sumiller y espetarle que era mi cumple, nos sorprendió con un ofrecimiento que no venía a cuento pero fue de agradecer invitándonos a una copa de un vino dulce de Lanzarote, detalle que eleva la experiencia de la cena porque para mí, el terminar así la noche es lo ideal, pero al final el presupuesto es el que manda y una cena con 3 vinos eleva varios enteros el montante a pagar, ya de por sí elevado, pero por suerte en este caso sólo pagamos una botella, por lo que sólo puedo expresar mi agradecimiento al sumiller y la política de La Granada. Para terminar, dos postres. Primero una Pizza dulce margarita. Un nombre extraño porque por mucho que tenga forma de pizza no era dulce y el segundo postre: Peras con café, escarcha de chocolate y fruta de la pasión. Otro buen postre pero sin sobresalir, faltándoles rasmia a los dos. Se agradecen siempre las chuminadas finales antes de pagar (habitualmente acompañamientos del café que nosotros no pedimos pero que nos sacaron igualmente), nos trajeron muy bien presentadas varias gominolas y trufas mientras esperábamos la cuenta, que terminó en unos nada desdeñables 130€, pero con detalles muy buenos como la de no cobrar ni el pan ni el agua, por lo que al final el montante final lo da la suma de los dos menús más iva, y el vino. Una cena en la que me encontré muy cómodo, aunque esperaba algo más de impacto en la comida. Conclusiones.La sensación final tras cenar en La Granada fue muy buena. Gracias a unos menús degustación con un precio contenido en 50€, el poder probar distintos platos de una cocina sugerente, actual y divertida, junto con un servicio a la altura y las instalaciones acompañando sin desmerecer al conjunto. Excelentes detalles como los que tuvo el sumiller con el vino, muy buena comida pero quizás, algo escasa, por lo que no hubiera estado de más un plato dentro del menú más contundente. La calidad de lo que comimos fue muy buena aunque no logro recordar ningún plato que resultara espectacular, una pena. Esa es la gran asignatura pendiente, buena cocina pero sin fuerte impacto. La Granada es un restaurante en el que con lo que cuesta el menú degustación, puedes quedar bien con cualquier tipo de público. Cocina arriesgada pero nada estrambótica, muy recomendable.
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Javier Rioja © 2006-2022
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