Ficha Técnica. Dirección:
Emilio Arrieta, 3 31002 – Pamplona (Navarra)Haga Clic para ver el Mapa. IntroducciónPamplona, ciudad de gran estatus, no podía fallarnos en este paso por el buen comer. Otra de las referencias del tapeo en nuestro país, sabe de buena tinta de lo que hablamos cuando pronunciamos dos palabras mágicas, alta cocina. No en vano cuenta en la actualidad con varios estrellas michelín en sus calles. Rodero, pionero en cocina sorprendente y poco ortodoxa lleva deleitando a los amantes del buen comer con sus creaciones lejos de lo tradicional más de 40 años. Prueba de ello, es su estrella Michelín que conserva desde el año 1994 y que lo avalan como una apuesta segura siendo uno de los mejores 20 restaurantes de España. Ambiente Situado en una ubicación privilegiada, en pleno centro pegado a la plaza de toros de Pamplona, su ambiente sorprende desde el primer momento en el que cruzas su señorial puerta color cerezo, custodiada por dos pinos, y pisas el local. ServicioDesde hace más de 40 años, el servicio y el equipo humano de Rodero se caracterizan por su trato familiar con grandes dotes de profesionalidad. Desde sus inicios los padres de Koldo Rodero, actual jefe de cocina, Jesús y Verónica, castellano y vasca, se asentaron en Pamplona con el firme propósito de crear un restaurante de calidad. Así lo consiguieron, labor que prosiguió Koldo cambiándolo hacia una trayectoria más innovadora, vanguardista y especial junto con la ayuda de sus dos hermanas Verónica y María como jefa de sala y sumiller respectivamente. Comida/Carta Carta que se caracteriza por la cocina de vanguardia y moderna pero siempre con la base de los productos de la huerta y tradición navarra como seña de identidad imprescindible.
Mención aparte merece su carta de vinos por su peculiaridad. Una amplia carta lejos de las tradicionales cartas organizadas por zonas de origen del vino. Su carta está organizada por los gustos de la familia, por el tipo de celebración, por el sabor del caldo e incluso hay una parte dedicada a los vinos preferidos para los famosos. Precio Ante semejante elaboración de sus platos, productos de primer orden y cocina exquisita y creativa, los precios no podrían ser ajustados. Sin embargo, para estar hablando de un asentado y reconocido restaurante de la trayectoria del que hablamos con estrella michelín incluida los precios no se antojan desorbitados. Opinión Olga Campos Como no podía ser de otro modo la señorial Pamplona debía tener un restaurante de esta categoría. Tras un fin de semana culinario por excelencia y un día más tarde de conocer la cocina de Arzak, aterrizamos en Pamplona. En un día soleado pero de frío aterrador llegamos a Rodero. Recuerdo que me encantó nada más llegar a su entrada el tipo de decoración. Puede que no fuera del estilo que habitualmente me llama la atención, pero su elegancia, sobriedad y estilo tranquilo y cuidado me cautivó desde el momento en el que me estaban cogiendo el abrigo en su entrada. El inicio no pudo ser mejor con ese aperitivo de martíni con aceitunas. Era un pequeño vasito de chupito pero ancho con una crema a base de martíni y ralladura de aceitunas verdes por encima. Realmente original, sabroso y sorprendente. En definitiva, la cocina de Koldo Rodero me sorprendió gratamente. Es una cocina de vanguardia, pero distinta a la de otros, con una personal originalidad en cuanto a texturas y aromas y ahí radica su espíritu innovador. Su uso de ingredientes como la albahaca o el cilantro, esa mezcla de dulces con salados o picantes dotan a sus platos de unos sabores sutiles lejos de parecerse a otros maestros. Platos que cada vez que metes un bocado en tu boca logras apreciarle un sabor diferente o descubrir el sabor de algún otro ingrediente. Sabores innovadores, platos llenos de bocados sofisticados pero serenos en los que la sutileza se convierte en la clave de su cocina. Opinión Javier RiojaBajo un entorno de unas instalaciones impecables, me hizo gracia la carta de vinos, para los que están hartos de elegir siempre el mismo vino o para los indecisos, la carta empieza con los vinos “de aquí” de Navarra, pasando por vinos de varias zonas y terminando por los famosos como el de Imanol Arias, completando la probablemente mejor carta de vinos que haya visto por su buena estructura. Otro buen detalle fueron los precios, tanto de vinos como de la carta nada desorbitados. Bajo una música de fondo que por suerte pasaba desapercibida, nos dieron una pequeña carta escrita antes de empezar a sacar los platos del menú para degustar que pedimos (69€ por cabeza). Buen detalle de los grandes restaurantes, más si cabe si es al principio, para saber lo que estás comiendo sin depender de un camarero. Y llegó el aperitivo, una espectacular gelatina de martini con aceitunas, dejando ver que nos encontrábamos en un restaurante con una cocina muy original y depurada. Ocurrió lo mismo con el cocktail de erizo y nécora y los chipirones del siguiente plato me parecieron perfectos, sobresalientes. No me gusta mucho el bacalao, pero el que pude comer en el Rodero también puedo decir que lo noté perfecto acompañado del llamado relleno con manteca de cerdo y arroz. El siguiente plato se notaba que era un clásico porque no tenía nada que ver con la actual cocina de Koldo, una liebre que apareció en escena tras 36 horas de cocción deshaciéndose en la boca, un excelente plato muy clásico y bien elaborado de caza. Quedaban los postres, empezando por un helado con un toque perfecto de picante acompañando muy bien como durante toda la comida los acompañamientos, como en este caso la sopa de albahaca. Y por último el broche lo puso un toffé de amaretto para redondear una comida de gran calidad. Pero tras terminar de comer todo esto no terminé contento por una única razón, y es que tras probar todos estos platos parece mentira que terminara la comida con hambre, y cuando comes tantas cosas (y pagas tanto) es difícil y menos comprensible, ya que las raciones eran más bien pequeñas y es un fallo tremendamente grave tras pagar 173€ con un vino de 21€. Fue lo único que enturbió una comida en donde tanto el local como el servicio acompañó a una excelente forma de realizar los platos. Es de valorar también que no hayan perdido la estrella Michelín desde el año 1994, dentro de una ciudad (Pamplona) que al igual que Zaragoza, no dejan de ser clásicas para restaurantes de estas características y donde su clientela va siendo cada vez más joven. Un restaurante en donde todo queda en familia destacando la simpatía de Goretti, con la cuál estuvimos charlando sobre recomendaciones culinarias de la ciudad, un 10 para ella y para Koldo, aunque fue una pena las cantidades. Rodero, el restaurante más moderno de Pamplona donde difícilmente saldrás defraudado, muy recomendable.
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Javier Rioja © 2006-2022
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