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Aprovechando la fiesta regional de San Jorge (24 de abril) y en lunes laborable para España, el parque presumiblemente estaría más vacío... y así fue. Un finde normal (y ya no te digo en semana Santa o en verano) es desesperante el ver como todas las atracciones tienen colas de entre 1 hora y media y 2 horas (aún me acuerdo de las 3horas que me pegué la primera vez que me monté en la Stampida) por lo que la última vez que visité el parque me dije que no iría más en “temporada alta”.
3 veces en el Hurakán, 2 en el Dragón Khan, una en el Stampida e incluso me dio tiempo a montarme en las atracciones para niños
Y sobró tiempo para ver un par de espectáculos y hacerme muchas fotos por todo el parque. Voy a relatar mi día en el parque intentando dar consejos para los que tengan pensado ir o volver, no haré una guía porque esto no es una ciudad y se perdería el encanto, a PortAventura hay que ir improvisando a no ser que sepas seguro que no vas a volver nunca o en mucho tiempo y quisieras ver todo (en este caso es muy importante que cojas un folleto del parque en la entrada y traces un plan desde el principio, para empezar observando los horarios de los espectáculos para intentar ver todos los importantes). |
35€ costó la entrada y nada más entrar nos dirigimos hacia lo más alto del parque, 100 metros concretamente...
...el Hurakán Condor.
Serían algo menos de las 11 (abren a las 10:30) y en la fila había bastante gente (unos 20 minutos) y son en esos minutos cuando le das vueltas a la cabeza pensando... ¿será para tanto el hurakán este?, intentas ver la cara de los que bajan y en el 90% era un poema y sólo unos pocos acababan sonriendo con buena cara, eso era buena señal...
Desde luego la atracción se las trae, no sólo está muy alto, sino que caes a la máxima velocidad posible (creo yo), concretamente a 115km/h en una distancia de 86metros en 3 segundos... sí, 3 largos segundos.
Pero no te creas que sólo puedes caer de una forma... no, son 3 los distintos tipos de caída dependiendo de dónde te subas (hay 5 para elegir y se pueden subir 4 en cada uno), en una forma caes semi sentado, en otra de pie... y en la última con una inclinación de 15º... te inclinan arriba del todo y se nota un pelín, tampoco es que veas el suelo, es esta bajada la que es única en el mundo. Por lo que (como bien me recomendó Cristina) antes de montarnos deberemos decir a la persona que nos coloca que queremos montarnos en uno en especial (y la mayoría de gente no lo sabe, por ejemplo a mí si no me lo dicen ni me entero que puedes bajar algo inclinado).
Una vez nos tocó, no elegimos donde sentarnos, nos colocaron justo en frente de la fila para que todos nos vean la jeta cuando bajemos, en este caso vas de pie y mientras estás subiendo (no sube muy rápido y te da tiempo de observar el paisaje pasando algo de vértigo de paso)... te paran... ya estamos arriba... y de repente sale algo de arriba... una cámara fotográfica... no, por favor, fotos no... y ZÁS!!, bajas de repente a una velocidad brutal y cuando llevas 2 segundos en mi caso cerré los ojos, me agarré fuertemente y lo flipé, pero justo en ese momento se acaba y te bajan lentamente... IMPRESIONANTE, cara de satisfacción y ganas de montarme otra vez.
Antes de comer me monté otra vez y en la fila escucho a una parejita en el que él le dice a su novia... “bah... no está tan alto”... ¬¬ a lo que le respondo que sí, alto es... ¡NO ME JODAS!, otra cosa es que sea menos de lo que pueda parecer (la verdad es que es una atracción que impresiona, es la que más acojona de las que me he montado, pero cualquier persona con un poquito de ganas y valentía (o con poco conocimiento) se puede montar siempre y cuando no tengas mucho vértigo.
Ya sabía como era la atracción y esta vez la saborearía en todo su esplendor. Subimos.... y pose para la foto... esta vez no me pilló en calzoncillos como la anterior, pose majestuosa, miro hacia arriba y ZÁS!!.... ni me enteré de la bajada, antes de acabar ya estaba aplaudiendo con ganas de montarme otra vez!!!.
Como consejo es importante si tienes previsto comprar la foto (merece la pena si sales bien porque están muy conseguidas las vistas desde arriba, aunque es muy cara... 6€) que te pongas en el medio, no en los laterales.
La tercera vez y última que me monté no hice fila, eran las 7 menos 2 minutos y pa’rriba!, nuevo ángulo, nuevas vistas y al subir fue lo que más me acojonó. Habrá gente para todo, pero lo normal es que contra más te subas menos miedo pases, cosa que a mí no me pasó del todo, no es como una montaña rusa... la sensación que tienes cuando te están subiendo merece mucho la pena.
Como último apunte si vas solo (que puede pasar mucho, si vas en grupo no todos se querrán montar) hay una “Single Rider” que es una fila especial para personas que van solas, una vez llegues al final espera a que la persona que va colocando a la gente grite... “uno!” para aprovechar las zonas vacías que van dejando los grupitos. |
Otras atracciones...
La última incorporación es Furius Baco. Es la típica montaña rusa, pero sin pendientes, das una única vuelta dejando toda la zona del Mediterráneo a tus pies. La gracia es la salida: acelera de 0 a 135 km/h en 3 segundos. Vamos, la hostia, muy muy rápida, y luego no baja el ritmo. Llama mucho la atención porque es casi lo primero que ves al entrar en el recinto, desde abajo se pueden ver pasar continuamente. Una gran incorporación, de lo mejor del parque.
El Dragón Khan es una montaña rusa que está muy bien, aunque engaña porque no da tanto miedo como parece. Mucha gente dice “sólo tiene una bajada, lo demás pasa en seguida y ni te enteras” y a muchos de ellos luego les ves gritando agarrados con cara de estreñimiento mientras dan las piruetas.
La bajada se las trae, son unos 40 metros y bajas a 110km/h y sí es verdad que lo demás pasa en seguida, pero para niños no es ni mucho menos.
Personalmente me gustó más la montaña de DisneyLand “SpaceMountain”, y eso que es más flojita, pero la ambientación “espacial” y lo bien hecha que está hacen que me decante por esta.
De todas formas es una montaña rusa que me encanta en parte por el looping vertical y los continuos giros a los que te enfrentas. Eso sí, tanto giro puede pasar factura en mareos al terminar.
Toca el turno de SeaOdysey, que antes de montarme no sabía exactamente qué era, pero algo me imaginaba de que podía ser una especie de cine con los asientos en movimiento.
Entras a un recinto que cierran cuando entra la persona 80, ponen un vídeo y se escucha a una mujer que nos dice 4 cosas en español (hay pantallas con subtítulos en otros idiomas) a las que nadie hace caso y se abren las puertas de la derecha.
Es muy importante el saber colocarse, la gente lo hacía y yo no entendía nada, ¿acaso toda esa gente ha repetido y se saben el truco?, parecía que sí. Nada más entrar hay que colocarse a la derecha para entrar por las puertas y bajar después hacia la izquierda para entrar a las compuertas de abajo, hay varias puertas del 1 al 9 creo, pues bueno, contra más arriba entres peor porque una vez dentro te montas en lo que es la atracción en sí y las cabezas de los que se sientan delante no te dejan ver nada.
Al final no es que me gustara mucho, tanto esperar para sentarte, ver un vídeo en el que ves a un delfín al que vas siguiendo en tu “submarino” que se mueve como si estuvieras bajo el agua, pero no llega a impresionar.
Muy recomendable para familias y sobre todo para niños, merece la pena verlo sólo si vas sobrado, si hay mucha fila y te gusta la adrenalina móntate en otra cosa.
La Stampida es la atracción en la que más gente se monta, será porque no es tan durilla como el Dragon Khan ni tan suave como las montañitas para niños.
Es una montaña rusa de madera muy rápida, con la peculiaridad de que antes de hacer fila debes de elegir un color, rojo o azul para después competir. Es suavecita, pero muy rápida.
Lo que me extraña es que no haya sitio para dejar tus cosas como mochilas u objetos, te tendrás que montar con ellas, en mi caso iba con la foto del Hurakán y una mochila de mano que tuve que agarrar durante todo el trayecto impidiéndome levantar las manos y disfrutar del espectáculo.
Duchas gratis...
Si tienes ganas de mojarte te tendrás que montar en el Tutuki Splash. Durante 5 minutos irás en una barca en donde harás un par de bajadas, es en la segunda donde te calas literalmente sobre todo si te sientas en primera fila, incluso en la última. En donde menos te mojas es en el medio.
Me hace mucha gracia que las pistolas de agua que utilizan los malvados que pagan por mojar a la gente está justo después de la gran bajada en donde te calas... ahí ya es tontería que te echen un poquillo de agua más.
Otra atracción en donde te mojas es en Grand Canyon Rapids, una especie de rafting controlado en el que van saliendo obstáculos en forma de agua durante todo el camino, en mi caso se mojaron todos excepto yo... hasta que iba a terminar y me vino un chorro de agua a traición... me calé entero.
En este caso las pistolas de agua molan, no cuestan mucho dinero y puedes pasar el rato haciendo el “mal” a la gente que te caiga mal de vista y no tenga chubasquero
Hay muchas más atracciones, la mayoría para niños y no merece la pena que las enumere todas porque sino en vez de una guía-diario sería más bien una Biblia. |
Hora de comer...
No es que se coma muy bien en este parque, sobre todo si vas tarde cuando la comida basura lleva hecha un tiempo como me pasó a mí. Todos los garitos y restaurantes tienen idéntico precio en las opciones disponibles que tampoco son muy amplias.
Un buen sitio para comer es La Cantina en México, un enorme self-service, el más grande del parque. En el comedor hasta las 15:30 hay espectáculo tipo verbena con mariachis... como si estuvieras en el mismísimo México. La comida no es nada del otro mundo, pero que nadie se lleve a engaño, que comer se puede, lo que te ofrecen es comestible y todo (comida por debajo en calidad de las cadenas de comida basura internacionales, que ya es decir).
Tened cuidado con la cinta de la bebida que incluyen los Aquarius porque te la cobran, si lo sé se iban a quedar ellos la mierda cinta esa
El mejor sitio para comer es el Restaurante Bora-Bora, puedes comer variado con una dieta mediterránea a base de ensadada, pescado o carne y postres como tarta de chocolate o fruta, todo, para ser un parque de ocio bastante bueno.
Los refrigerios por el parque suelen costar 2,5€, granizados, refrescos, horchata Chufi a 3€... todo muy apetecible. |
Espectáculos...
Hay muchos y variados, a cada persona les gustará más unos u otros, en mi caso fui a dos:
Aves del paraíso.
No esperaba gran cosa de este espectáculo y estuvo genial, entré porque nos topamos con ella y justo iba a empezar, nos sentamos en la parte central arriba y bien que hicimos porque es el mejor sitio para verlo todo.
Aparece el presentador que en un principio me pareció un memo, pero que poco a poco se ganó mi simpatía, iba presentando a las aves como si fueran estrellas de hollywood... muy divertido, sólo por ver estas apariciones merece la pena entrar.
Iban apareciendo un par de guacamayos, un calao trompetero africano, incluso un casuario entre muchas otras aves.
En uno de los números con voluntarios fue cuando el presentador se despachó a gusto con un niño francés... este presentador no tenía ni papa de franchute y no hacía más que meterse con él y su familia
Hicieron un número con un billete de 50€ y sólo para que el padre del niño francés lo sacara pasaron 5 minutos de risas.
Al final tocaba el último número del guacamayo, ya avisaron que a veces no sale... y esta vez no tuvimos la suerte de verle volar atravesando 3 aros sujetados por voluntarios.
Te ríes mucho y ves muchos pajarracos de todos tipos y rarezas, merece mucho la pena.
Bubblebou.
Un clásico, burbujas y burbujas gigantes de jabón concentrado en el que se juega mucho con las iluminaciones. Entre la oscuridad que había, la musiquilla y aderezado con que estaba recién comido más la caminata de toda la mañana hicieron que casi me quedara sopa, pero no fue porque fuera aburrido, que conste.
Al alquimista (que se supone era chino...) de las burbujas muchas veces no le salía nada, tenía que repetir y repetir demostrando que muy bueno no era, o no tenía el día. |
El parque...
No es muy grande y se llegaría de un lado a otro en mucho menos tiempo si no hubiera que seguir el camino prefijado, a veces quieres atajar y al final siempre tienes que dar media vuelta, pues nada, todos como borregos y ¡arriba el marketing!.
Hay lugares en los que puedes hacer fotos curiosas como en la famosa horca (de la que tuve que hacer una cola de todo un “autobús” de niños por delante mía), incluso puedes hacerte fotos con personajes de dibujos como Donald o incluso Shrek, son muy amables y no ponen ningún tipo de impedimento a la hora de hacerte una foto, que es lo normal, pero en DisneyLand entre las fila que había y lo bordes que eran algunos...
Ya por último dejamos las tiendas, a las que esta vez les hice caso omiso, todo el parque está plagada de ellas y cada atracción importante tiene tienda propia con su merchandising, los precios lo normal, algo caros.
Al terminar no podía irme sin que me pegaran un sablazo, acabamos en una tienda de chuches que tenía la peculiaridad de que no se veía el precio a nada... y por ejemplo un paquetillo de patatas costó 1,3€. Menos mal que al abrirlo vi con sorpresa un cartoncito dentro... ¡toma ya!, al verlo me quedé contento, ya había merecido pagar por el tazo o pegatina que te daban gratis!
Como conclusión, PortAventura es un parque al que siempre que vas quieres volver. Lo ideal es ir en grupo con ganas de cachondeo y pasarlo bien. Mis objetivos fueron ampliamente superados y el Hurakán Condor es la leche.
| Fotos:
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› Documento creado en Abril del 2006
Actualizado: Junio 2008
Por Javier Rioja
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